14 de junio de 2015

Henry de La Vaulx, el conde saqueador de tumbas de la Patagonia

A finales del siglo XIX, la Patagonia recibió la visita de un viajero muy peculiar que, como tantos otros exploradores de la época, mezclaba en sus expediciones fines científicos, geográficos y quién sabe qué otras intenciones. En este caso era un francés de origen aristocrático, conde para más señas, que había nacido en Bierville en la región de Alta Normandia en 1870 y que, sin haber cumplido aún los treinta años, se fue hasta la Patagonia en un viaje que habría de durar más de un año. Su nombre: Henry de La Vaulx.


Mujeres y niños tehuelches en su campamento fotografiadas por de La Vaulx



Conocemos bien su recorrido y sus movimientos entre el río Negro y el estrecho de Magallanes, puesto que de La Vaulx escribió un diario de viaje. Comenzó su viaje en marzo de 1896 en la localidad argentina de Carmen de Patagones, desde donde emprendió camino hacia el sur, recorriendo ampliamente la provincia de Chubut. Allí visitó a los principales caciques tehuelches de la época, como Namuncura, Sayhueque o Sakamata, que le acogieron en sus toldos con su ancestral hospitalidad.


Sin embargo, el artero conde lo que hacía en realidad era tratar de averiguar qué tehuelches habían muerto recientemente y dónde se habían realizado sus enterramientos. En una ocasión, localiza la tumba del hijo del cacique Lipitchoum: "Comenzamos la excavación. Aproximadamente a un metro de profundidad encontramos trozos de bambú medio podridos. Cavando un poco más descubrimos un cuerpo envuelto en un cuero de caballo pintado y revestido de telas entrelazadas. Abrimos esta extraña mortaja. Un olor infecto nos llega a la garganta. En la cabeza del cadáver encontramos un cubo oxidado que debía contener alimentos, y el esqueleto de un perro. Una botella de agua de florida y un frasco de aceite se rompen por culpa de nuestros picos. El hijo de Lipitchoum ha sido enterrado con una pipa de madera a su lado, una caja de cerillas e incluso tabaco en tabletas. En su cuello ha sido atado un collar hecho de perlas de vidrio y plata. Su talle está ajustado por un cinturón del mismo metal y sobre uno de sus muslos brillan unos aretes, regalo de algún pariente desconsolado. 


Ruta seguida por de La Vaux en la Patagonia
A sus pies descubrimos una brida y estribos de plata maciza; el muerto lleva en su mano derecha las boleadoras; fue enterrado completamente vestido y su cuerpo está recubierto de una manta ajustada con remaches esféricos en plata y cobre. Recojo con prisa todos estos objetos y, al caer la noche, regreso con Juan por el camino hacia mi campamento. Estoy muy contento porque he podido recoger algunas pruebas que fijan de forma irrefutable las creencias de los indios en una vida material futura. Los caballos que encontré degollados sobre la tumba me intrigaban; después supe por qué los patagones inmolaban bestias sobre las sepulturas de sus parientes. Se hace con la finalidad de que el muerto, cuando resucite, pueda lanzarse rápidamente hacia la profundidad de las cordilleras, el paraíso soñado de los indios".

En diciembre de 1896, el aristócrata se encontraba explorando las cercanías del río Senguer, en la provincia de Chubut, cuando recibió la noticia de que un tehuelche, fallecido hacía dos meses, estaba enterrado al lado de su campamento. “Desenterrarlo, disecarlo y cocerlo para obtener su esqueleto me lleva dos días y dos noches. Este acto útil, pero poco apreciado por los indígenas, me obliga a romper relaciones con ellos y solamente a fuerza de regalos puedo apaciguarlos”. Lejos de su suntuoso castillo normando, el joven noble se dedicó concienzudamente a saquear los enterramientos de la Patagonia. No se trataba de excavaciones arqueológicas puesto que, como hemos visto, en la mayoría de los casos los cadáveres habían sido recientemente inhumados, lo que obligaba al conde a trabajar de noche para no ser descubierto por los tehuelches.

Uno de los cráneos expoliados en la provincia de Chubut

Finalmente, en mayo de 1897 Henry de La Vaulx tuvo que abandonar apresuradamente la Patagonia, tras ser perseguido por las comunidades tehuelches enteradas de sus actividades. El botín que se llevó a Francia ascendía a noventa y seis cráneos y diez esqueletos completos, además de un impresionante ajuar compuesto por centenares de valiosos objetos; estribos, monedas, joyas, anillos, pendientes, medallas, vasijas. La mayoría fueron a parar a los sótanos del Musée de l'Homme de París, mientras que otros terminaron en manos de coleccionistas privados.
El prologuista de su libro escribió: "La antropología es vuestra única pasión. Os tienta, os obsesiona, os posee y os lleva a cometer los actos más repudiables. Profanáis la tierra de los muertos, violáis sus tumbas sin ningún escrúpulo, provocando terror en los indios que os tienen por brujo y un poco vampiro".


Cráneo procedente de Río Negro, en la Patagonia argentina

Sin embargo, a partir de 1900 De la Vaulx se olvidó repentinamente de la Patagonia y se entregó con todas sus energías y su fortuna a la naciente actividad aeronáutica, donde llegó a detentar diversos records. Ese sería también su final, cuando se mató en accidente de avión en Estados Unidos en 1930, a los sesenta años de edad. Muy lejos de allí, en la Patagonia, en los enterramientos tehuelches, la tierra seguía removida y los miembros de las comunidades seguían añorando y recordando a sus seres queridos, cuyos restos habían sido expoliados, robados y trasladados a un país extraño.


De la Vaulx, a la izquierda de la imagen, en una exhibición aerostática

Los funerales del conde de Henry de La Vaulx se celebraron en París, con la presencia de todas las autoridades civiles y militares de la ciudad, que quisieron rendir un último homenaje a tan honorable ciudadano. El discurso solemne fue pronunciado en Les Invalides por el ministro Pierre-Étienne Flandin, quien años después sería encarcelado por colaborar con los nazis.


Exequias oficiales del conde Henri de La Vaulx en París
Más tarde, los restos mortales de Henry de La Vaulx fueron trasladados a un castillo de su propiedad situado en Rozoy-Bellevalle, donde se erigió un monolito en su memoria. Quizá sería buena idea darse una vuelta por allí y, en una noche sin luna, tirar de pico y pala para comprobar si su cráneo era del tipo braquicéfalo o dolicocéfalo. 


Monolíto erigido en memoria de Henry de La Vaulx
De La Vaulx escribió: “después de todo qué importa que este tehuelche duerma en un agujero de la Patagonia o en la vitrina de un museo”, una frase lapidaria que cubre de vergüenza su memoria. Porque hoy los descendientes tehuelches y mapuches, asesorados por los antropólogos del Colectivo GUIAS y con el apoyo del estado argentino, exigen con energía la restitución de los restos del cacique Sakamata-Liempichum. El Museo del Hombre de París y el gobierno francés están obligados a atender tan justa petición. Ese día, será de fiesta y de orgullo en la Patagonia.


Henry de La Vaulx en 1922



Bibliografía:



·     DE LA VAULX, Henry, A travers la Patagonie. Du río-Negro au détroit de Magellan, Journal de la Société des Américanistes, tomo 2, 71-99, París, 1897-1898.
·      DE LA VAULX, Henry, Voyage en Patagonie, Editorial Hachette, París, 1901.
·     MORENO, Francisco Pascasio, Description des cimetières et paraderos préhistoriques de Patagonie, Revue d’Anthropologie, vol. 3, Reinwald et C.ª, París, 1874, 72-90.
·     PEPE, Fernando Miguel, Identificación y restitución: “colecciones” de restos humanos en el Museo de la Plata, Colectivo Guias, Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social, La Plata, 2008.
·     VERNEAU, René, Les anciens patagons. Contribution a l’étude des races précolombiennes de l’Amerique du sud, Imprimerie de Monaco, Mónaco, 1903.






7 comentarios:

  1. Buenas tardes. Saben si se pueden conseguir esos libros en algún lado? Gracias

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    1. El libro Menéndez rey de la Patagonia de José Luis Alonso Marchante, Ed. Losada, Buenos Aires 2014, se conseguía en cualquier librería argentina o bien por internet. Es un interesante estudio de la colonización y exterminio de los pueblos que habitaron la región hasta finales del s. XlX. En él se cuenta como De la Vaux y , entre otros, Perito Moreno fueron auténticos profanadores de tumbas y esclavista de estas tribus amparándose en razones antropológicas.

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  2. Monica,
    em pdf
    https://ia802708.us.archive.org/25/items/voyageenpatagon00vaulgoog/voyageenpatagon00vaulgoog.pdf

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    1. làstima ke està en francès.

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    2. Hay traducción en español que se puede comprar en libros usados a muy buen precio https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-628429505-conde-henry-de-la-vaulx-viaje-a-la-patagonia-1896-completo-_JM

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  3. Compre ese libro en el museo de Leleque

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