Las
misiones salesianas de la Patagonia y Tierra del Fuego contribuyeron
decisivamente a acelerar el final del modo de vida tradicional de los pueblos
originarios de la región. A pesar de que tres siglos de misiones en América
habían demostrado suficientemente el pernicioso efecto que tenía la
sedentarización obligatoria y la imposición del cambio de hábitos a los pueblos indígenas,
los salesianos se empeñaron tozudamente en tratar de “civilizar” a Kawésqar y Selk’nam. Más de un millar de hombres, mujeres, niños y niñas fueron confinados
contra su voluntad en la misión de isla Dawson, Chile, verdadero antecedente de los campos de concentración, conociendo una mortandad
aterradora. Debido a epidemias y enfermedades, en la misión de San Rafael fallecieron casi un millar de personas, una cifra que alcanzó un pavoroso 99% de los internos. Otros
trescientos Selk’nam murieron prematuramente en la misión de Río Grande, Argentina,
adonde habían llegado escapando de las balas de los terratenientes ganaderos.
Su refugio se convirtió en su tumba, sobreviviendo solamente un puñado de
ellos.
Selk'nam rodeados de misioneros, monjas y marinos, misión San Rafael, isla Dawson |
Aunque sobre el papel el trabajo debía servir a los indígenas para "civilizarse", en realidad su introducción perseguía unos fines económicos muy concretos. Con la
puesta en marcha de las misiones, los salesianos aprovecharon la coyuntura para
explotar múltiples negocios, en los que empleaban a los
indígenas como trabajadores sin sueldo. Si en isla Dawson pusieron en marcha un
enorme aserradero que proveía de madera a toda la región, islas Malvinas
incluidas, en Río Grande gestionaron una hacienda que llegó a tener más de
veinte mil lanares. Además, cuando todos los indígenas habían muerto, se
embolsaron elevados importes con la venta de las tierras misionales. En Río
Grande, por ejemplo, las 8 leguas que habían sido recibidas a título gratuito
por el gobierno argentino, fueron vendidas por los religiosos nada menos que a
los Menéndez-Behety, los hacendados de los que en teoría protegían a los Selk'nam. Un acto reprobable desde cualquier punto de vista pero que
les supuso un sustancioso ingreso de cien mil libras esterlinas.
Hombres y niños Selk'nam en la misión de Río Grande, 1902 |
Este
tipo de maniobras ya generaron rechazo en la opinión pública, la prensa y las
autoridades de la época. Sin embargo, la interesada escritura de la historia
oficial, muchas veces pergueñada por autores salesianos (Belza, Entraigas,
Massa, Bruno, Del Valle, etc), ha ocultado estos testimonios contemporáneos de
los hechos descritos. Dos de esos documentos los hacemos públicos aquí, para su lectura y
reflexión. Se trata de un informe de Domingo Canales al Gobernador de
Magallanes de 1896 y un recorte del diario “La Razón” publicado en 1912.
Informe de Domingo Canales al
gobernador de Magallanes
Archivo del
Ministerio de Relaciones Exteriores, 10 de junio de 1896
“La
visita a la misión salesiana de isla Dawson me ha dejado dolorosamente
impresionado. Horror y pesar que
experimenté al ver el abandono, el desaseo repugnante, la hiriente desnudez y
miseria en que yacen ciento y tantas mujeres adultas y veinte y más hombres.
Los indígenas vigorosos que importan a allá de la Tierra del Fuego, se enferman
porque se les recibe en sitios inmundos y nadie desde el principio de su
llegada se preocupa de compensar de algún modo la rica alimentación de que
disfrutaban esos hombres, ni de combatir con presteza los contagios de
diferentes enfermedades que los invaden desde el primer momento de su contacto con
las razas civilizadas y por el cambio de vida a que se les somete
violentamente. Una vez enfermos en Dawson no reciben atención alguna ni se los
aísla siquiera, ni aun en este caso se les da cama y por horrorosa que sea la
enfermedad que los ataque, esta sigue su proceso al lado de los sanos o medio
sanos agrupados en sitios miserables que son contagiados a su vez, o mueren al
lado de sus compañeros como los seres más infelices que hayan habitado la
tierra. ¡En cerca de ocho años los señores misioneros no han podido aún
establecer una enfermería a que, de paso sea dicho, están obligados por su
contrato con el gobierno de Chile!
Informe de Domingo Canales al Gobernador de Magallanes, 1896 |
El único régimen o sistema interno de la misión se reduce a cuidar de una manera altamente deficiente de los niños de cinco años en adelante de ambos sexos y de los mocetones cuyas fuerzas pueden aprovechar fácilmente en la explotación de los negocios establecidos en la isla y a no tener ningún cuidado para las infelices mujeres y hombres adultos que los misioneros, con la notable sagacidad de la que se hayan dotados, se imaginan no poder aprovechar con facilidad. Es así como han muerto abandonados centenares de esos desgraciados que han caído en las manos de la misión”.
Colonización indígena de los
salesianos. Nuevo pedido de campos
La Razón, 3
de agosto de 1912
“En días anteriores hemos dado la
noticia de la gestión en que se hallan empeñados los misioneros salesianos de
Tierra del Fuego, que dirige monseñor Fagnano, para conseguir nuevas tierras
fiscales en aquellas remotas regiones, so pretexto de realizar en ellas ensayos
de colonización indígena.
Familia Kawésqar en isla Dawson. A la mujer y los niños les han rapado el caballo, 1890 |
Los que conocen la Tierra del
Fuego aseguran que no hay necesidad de tal misión, en primer lugar porque hay
muy poco indios y la mayor parte de ellos colocados en establecimientos
ganaderos e industriales. Además, desde hace veinte años, los mismos salesianos
han establecido una misión en las márgenes del Río Grande, donde tienen veinte
mil animales lanares que explotan con los pocos indios que tienen a su cuidado.
Han conseguido del gobierno la tierra donde están establecidos en varios lotes
de una legua, a nombre de personas de la misma comunidad salesiana.
Artículo "La Razón", 1912 |
Lo que hay de cierto, según se
nos informa por quienes pueden saberlo, es que bajo el nombre de misión se
oculta un propósito de negocio, siendo evidente que se quieren obtener más
tierras del gobierno para organizar nuevas estancias pobladas de ovejas, cuyo
rendimiento exceda su actividad.
El gobierno puede averiguar estos
propósitos mandando un inspector a Tierra del Fuego y obteniendo informes de
las autoridades administrativas de este territorio. Nosotros llamamos la
atención sobre estos hechos, para evitar también que se comentan injusticias
con pobladores establecidos en aquellos parajes y que pudieran ser desalojados
por los misioneros bajo pretextos humanitarios de civilizar indios. Además,
este género de misiones, donde sean necesarias, deben ser confiadas solamente a
misioneros nacionales, que no se dediquen a negocios de ninguna clase”.
Lista defunciones misión Dawson, Archivo Salesiano |
Qué pena que este descubrimiento de la verdad sea tardío en la historia y no exista justicia legal, sólo reconocimiento intelectual de este genocidio, pero celebro que al menos nos abran los ojos con este tema. Gracias!
ResponderEliminarxd
ResponderEliminarMuy valioso y a su vez doloroso testimonio. Muchas gracias por compartirlo!!!
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