La
Revista chilena de humanidades "Cultura-Hombre-Sociedad" (CUHSO) incluye
en su último número una crítica sobre el libro “Menéndez, rey de la Patagonia” escrita por el sociólogo Felipe Quiroga. Para un escritor
español es un orgullo que uno de sus libros sea reseñado por una revista
con tanto prestigio en el campo de las Ciencias Sociales. El autor
centra su exposición en la figura del potentado José Menéndez (1846-1918), que nos ha servido de hilo conductor para
narrar la historia de la colonización de la Patagonia y Tierra del
Fuego. Un libro en el que pretendemos incidir en “la otra historia”, la
que ha estado más en segundo plano, pero que en ningún caso aspira a
“mostrar la verdadera historia”, conscientes de las múltiples visiones y
enfoques que pueden llevarse a cabo sobre un mismo acontecimiento
histórico. Tras más de cinco años de trabajo e investigación, muchas
veces sobre el terreno, decidimos dar la obra a la imprenta; en las 58
páginas finales de la bibliografía y notas dejamos constancia de las fuentes
empleadas. La reseña se cierra con una invitación que desde aquí hacemos
nuestra: “El libro Menéndez, rey de la Patagonia se
posiciona para abrir el diálogo y la discusión, y no para mermarla; por
consiguiente, el lector queda invitado a hurgar en la historia narrada
por Alonso”.
"El libro Menéndez, rey de la Patagonia se publicó a inicios de 2014 y
ya, para el 2016, llevaba tres ediciones, las que no presentan modificaciones
tanto en su estructura como en redacción. El texto consta de siete capítulos
que tienen como objetivo evidenciar el exterminio de los indígenas que
habitaban el extremo sur del continente americano, como son los yámanas,
selk’nam, kawesqar, aónikenk y haush, esto a partir de tres eventos
principales: 1) la expansión territorial generada a través de la concentración
de tierras por parte de los estancieros instalados tanto en el extremo sur de
Chile como también en Argentina; 2) la liquidación casi total de la fuente de
alimentos (guanacos) de la población originaria por las expediciones
colonizadoras a cargo de los estancieros; y 3) el contagio de enfermedades como
la gripe y la sífilis, unido a las condiciones de hacinamiento e insalubridad
que padecía aquella población en las barracas de alojamiento que poseían las
diversas estancias lanares. Es importante mencionar que en este proceso un
actor relevante fue José Menéndez, quien se convirtió en el gran estanciero del
sur del continente americano, de manera que el libro hace una revisión de su
historia de vida, y de la cual la presente reseña abordará los principales
sucesos.
Mujeres y niñas selk'nam hechas prisioneras por la policía argentina, Ushuaia, 1896 (Fernand Lahille) |
Menéndez fue un asturiano que se instaló a finales del siglo XIX en
Punta Arenas, Chile. A su arribo se incorporó a diversos oficios, para luego
independizarse y formar sus propias empresas, principalmente en los giros de
producción de ganado ovino y de servicios mercantes. Así, llegó acumular un
gran capital económico y territorial, como también simbólico y político. En
detalle, la concentración de grandes capitales se logró con el monopolio de la
producción lanar, unido a la compra de barcos y la incursión en el transporte
naviero, le dieron la posibilidad de integrarse en los círculos políticos de
poder establecidos en Buenos Aires, Argentina, y en Santiago de Chile.
Consecuentemente, tuvo una singular influencia en la toma de decisiones sobre
la regularización de los territorios australes, desde el poblamiento a partir
de las leyes migratorias que favorecen su presencia en detrimento de los
diversos grupos llegados para la ocupación, el metraje de la repartición de
tierras y el privilegio de posesión más allá del prescrito por ley, entre
otros.
Con el tiempo, dicho panorama fue generando una mayor presión a los recursos
naturales, lo que condujo a la alteración de la comprensión del espacio que los
indígenas tenían de sus territorios. Sobre esta instancia, cabe precisar que se
instauró el concepto de propiedad privada, es decir, los territorios fueron
delimitados bajo preceptos legales de posesión y reclamo, concretado a través
de la implementación de los cercos (alambradas), lo que contribuyó a desestructurar
los modos de percepción y aprehensión de la realidad, como también de acción
que los indígenas poseían y disponían sobre el entorno natural y social. Cabe
mencionar que estos fueron integrados a la jurisdicción legal en términos de
obligaciones, pero no así de derechos.
Paulatinamente, Alonso va construyendo la imagen de Menéndez como el
principal autor material y simbólico de la precarización y extinción de los
indígenas fueguinos, título que se le otorga tanto durante su vida como
después de su deceso, pues la dinámica de explotación fue reproducida por su
esposa e hijos, toda vez que poseyeron y administraron las diversas estancias
repartidas al sur del continente americano. De igual forma, las ansias de
trascendencia, tanto de Menéndez como de su familia, se pueden visualizar aun
en el presente, pues quedan como legado algunos palacios edificados a su nombre
y su participación como artífice del desarrollo y ocupamiento del extremo sur,
elementos no menores a la hora de construir un plano general del quehacer y
pensar de un sujeto tan controversial como José Menéndez y sus cercanos.
José Menéndez (1846-1918), "rey de la Patagonia" |
En términos generales, la labor realizada por el autor en este libro
permite «mostrar la verdadera historia» de los acontecimientos, lo cual puede
ser objeto de críticas de diverso orden, entre ellas, por ejemplo: 1) la
temática puede herir susceptibilidades ya que fustiga el mito fundacional de
los estancieros y otros grupos de poder asentados en el extremo sur del
continente americano; lector a solo mantenerse atento a su postura; y 3) el
rigor de la fuente escasea en el desarrollo de algunos capítulos,
principalmente los primeros, lo que le resta objetividad a la línea argumental
expuesta.
Con base en lo anterior, no hay que olvidar que la historia
constantemente se está reescribiendo dadas las nuevas corrientes como la
microhistoria, la historia social, los estudios subalternos y otras líneas
epistemológicas que orientan el quehacer de muchos interesados en las ciencias
sociales, por ende, se están abriendo y cuestionando los libros de la historia
oficial con los que se han fundado diversos países de la región, lo que lleva
a confrontar los imaginarios que se poseen sobre la construcción de
Estado-nación. Así, los diversos integrantes de las ciencias sociales, entre
ellos antropólogos, historiadores, sociólogos y economistas, tienen como fin
buscar los límites de la verdad histórica, escarbando constantemente hasta en
los pliegues más sutiles y ocultos del sentido común; es decir, sobre los imaginarios
y las naturalizaciones que se disponen para realizar ciertas acciones. Todo
ello bajo el uso de la razón y no la autoridad, para así lograr la
rectificación de datos y acercarse objetivamente a los detalles y grandezas de
los acontecimientos. Por ello, cabe formularse nuevas interrogantes parciales,
pero generando respuestas totales sobre los diversos fenómenos sociales que
acontecen día a día.
El escritor José Luis Alonso Marchante participando en la XVII Feria del Libro de Chiloé, noviembre 2016 |
En definitiva, el libro Menéndez, rey de la Patagonia se posiciona
para abrir el diálogo y la discusión, y no para mermarla; por consiguiente, el
lector queda invitado a hurgar en la historia narrada por Alonso, y otras que
han ocurrido tanto en Chile como en la región".
Sobre el autor de la reseña:
Felipe Quiroga es sociólogo y maestro en Estudios Políticos y Sociales
por la Universidad Nacional Autónoma de México. Sus áreas de interés son
estudios cualitativos, epistemología y sociología de la cultura.
Portada revista CUHSO, julio 2017, volumen 27/1 |
Me harté a la mitad del texto. Llena de epítetos injustificados y comentarios tendenciosos que dejan clara la actitud anticapitalizsta del autor y menos clara la calidad histórica de la narración. Pasó directo de la biblioteca a la basura, ya que no vale la pena ni regalarlo.
ResponderEliminarSoy una amante de la patagonia actual, pero sobretodo de la historia que estas tierras esconden.
ResponderEliminarHe vivido en Patagonia Chilena y en la isla de Chiloe.
He leído varios libros sobre la historia, vivencias y realidades de sus gentes y tengo que decir, que este libro es el que me ha aclarado mucho de lo que yo he podido ver en la patagonia.