11 de marzo de 2017

Misiones salesianas en Patagonia y Tierra del Fuego: dos testimonios de la época

       Las misiones salesianas de la Patagonia y Tierra del Fuego contribuyeron decisivamente a acelerar el final del modo de vida tradicional de los pueblos originarios de la región. A pesar de que tres siglos de misiones en América habían demostrado suficientemente el pernicioso efecto que tenía la sedentarización obligatoria y la imposición del cambio de hábitos a los pueblos indígenas, los salesianos se empeñaron tozudamente en tratar de “civilizar” a Kawésqar y Selk’nam. Más de un millar de hombres, mujeres, niños y niñas fueron confinados contra su voluntad en la misión de isla Dawson, Chile, verdadero antecedente de los campos de concentración, conociendo una mortandad aterradora. Debido a epidemias y enfermedades, en la misión de San Rafael fallecieron casi un millar de personas, una cifra que alcanzó un pavoroso 99% de los internos. Otros trescientos Selk’nam murieron prematuramente en la misión de Río Grande, Argentina, adonde habían llegado escapando de las balas de los terratenientes ganaderos. Su refugio se convirtió en su tumba, sobreviviendo solamente un puñado de ellos.

Selk'nam rodeados de misioneros, monjas y marinos, misión San Rafael, isla Dawson
      Aunque sobre el papel el trabajo debía servir a los indígenas para "civilizarse", en realidad su introducción perseguía unos fines económicos muy concretos. Con la puesta en marcha de las misiones, los salesianos aprovecharon la coyuntura para explotar múltiples negocios, en los que empleaban a los indígenas como trabajadores sin sueldo. Si en isla Dawson pusieron en marcha un enorme aserradero que proveía de madera a toda la región, islas Malvinas incluidas, en Río Grande gestionaron una hacienda que llegó a tener más de veinte mil lanares. Además, cuando todos los indígenas habían muerto, se embolsaron elevados importes con la venta de las tierras misionales. En Río Grande, por ejemplo, las 8 leguas que habían sido recibidas a título gratuito por el gobierno argentino, fueron vendidas por los religiosos nada menos que a los Menéndez-Behety, los hacendados de los que en teoría protegían a los Selk'nam. Un acto reprobable desde cualquier punto de vista pero que les supuso un sustancioso ingreso de cien mil libras esterlinas.

Hombres y niños Selk'nam en la misión de Río Grande, 1902
        Este tipo de maniobras ya generaron rechazo en la opinión pública, la prensa y las autoridades de la época. Sin embargo, la interesada escritura de la historia oficial, muchas veces pergueñada por autores salesianos (Belza, Entraigas, Massa, Bruno, Del Valle, etc), ha ocultado estos testimonios contemporáneos de los hechos descritos. Dos de esos documentos los hacemos públicos aquí, para su lectura y reflexión. Se trata de un informe de Domingo Canales al Gobernador de Magallanes de 1896 y un recorte del diario “La Razón” publicado en 1912.


Informe de Domingo Canales al gobernador de Magallanes

Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, 10 de junio de 1896

“La visita a la misión salesiana de isla Dawson me ha dejado dolorosamente impresionado. Horror y pesar que experimenté al ver el abandono, el desaseo repugnante, la hiriente desnudez y miseria en que yacen ciento y tantas mujeres adultas y veinte y más hombres. Los indígenas vigorosos que importan a allá de la Tierra del Fuego, se enferman porque se les recibe en sitios inmundos y nadie desde el principio de su llegada se preocupa de compensar de algún modo la rica alimentación de que disfrutaban esos hombres, ni de combatir con presteza los contagios de diferentes enfermedades que los invaden desde el primer momento de su contacto con las razas civilizadas y por el cambio de vida a que se les somete violentamente. Una vez enfermos en Dawson no reciben atención alguna ni se los aísla siquiera, ni aun en este caso se les da cama y por horrorosa que sea la enfermedad que los ataque, esta sigue su proceso al lado de los sanos o medio sanos agrupados en sitios miserables que son contagiados a su vez, o mueren al lado de sus compañeros como los seres más infelices que hayan habitado la tierra. ¡En cerca de ocho años los señores misioneros no han podido aún establecer una enfermería a que, de paso sea dicho, están obligados por su contrato con el gobierno de Chile!

Informe de Domingo Canales al Gobernador de Magallanes, 1896

El único régimen o sistema interno de la misión se reduce a cuidar de una manera altamente deficiente de los niños de cinco años en adelante de ambos sexos y de los mocetones cuyas fuerzas pueden aprovechar fácilmente en la explotación de los negocios establecidos en la isla y a no tener ningún cuidado para las infelices mujeres y hombres adultos que los misioneros, con la notable sagacidad de la que se hayan dotados, se imaginan no poder aprovechar con facilidad. Es así como han muerto abandonados centenares de esos desgraciados que han caído en las manos de la misión”.

Colonización indígena de los salesianos. Nuevo pedido de campos

La Razón, 3 de agosto de 1912

“En días anteriores hemos dado la noticia de la gestión en que se hallan empeñados los misioneros salesianos de Tierra del Fuego, que dirige monseñor Fagnano, para conseguir nuevas tierras fiscales en aquellas remotas regiones, so pretexto de realizar en ellas ensayos de colonización indígena.

Familia Kawésqar en isla Dawson. A la mujer y los niños les han rapado el caballo, 1890
Los que conocen la Tierra del Fuego aseguran que no hay necesidad de tal misión, en primer lugar porque hay muy poco indios y la mayor parte de ellos colocados en establecimientos ganaderos e industriales. Además, desde hace veinte años, los mismos salesianos han establecido una misión en las márgenes del Río Grande, donde tienen veinte mil animales lanares que explotan con los pocos indios que tienen a su cuidado. Han conseguido del gobierno la tierra donde están establecidos en varios lotes de una legua, a nombre de personas de la misma comunidad salesiana.
Artículo "La Razón", 1912
Lo que hay de cierto, según se nos informa por quienes pueden saberlo, es que bajo el nombre de misión se oculta un propósito de negocio, siendo evidente que se quieren obtener más tierras del gobierno para organizar nuevas estancias pobladas de ovejas, cuyo rendimiento exceda su actividad.

El gobierno puede averiguar estos propósitos mandando un inspector a Tierra del Fuego y obteniendo informes de las autoridades administrativas de este territorio. Nosotros llamamos la atención sobre estos hechos, para evitar también que se comentan injusticias con pobladores establecidos en aquellos parajes y que pudieran ser desalojados por los misioneros bajo pretextos humanitarios de civilizar indios. Además, este género de misiones, donde sean necesarias, deben ser confiadas solamente a misioneros nacionales, que no se dediquen a negocios de ninguna clase”.

Lista defunciones misión Dawson, Archivo Salesiano



3 comentarios:

  1. Qué pena que este descubrimiento de la verdad sea tardío en la historia y no exista justicia legal, sólo reconocimiento intelectual de este genocidio, pero celebro que al menos nos abran los ojos con este tema. Gracias!

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  2. Muy valioso y a su vez doloroso testimonio. Muchas gracias por compartirlo!!!

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