29 de noviembre de 2014

CIVILIZACIÓN Y BARBARIE, por Osvaldo Bayer


Dos veces he tenido la ocasión de hablar en persona con el admirado Osvaldo Bayer (1927-2018). La primera fue en septiembre de 2012. Me presenté en su casa de Buenos Aires, “El Tugurio”, y llamé al timbre de la puerta. Sentí unos pasos que lentamente se acercaban y el mismo Osvaldo me abrió la puerta. Me invitó a pasar, yo no lo creía, estaba ante el legendario historiador, que tanto había influido en mi visión de la historia. Tras una breve charla, le entregué un mamotreto de hojas anilladas y le dije: “Bayer, he terminado este libro y vengo a pedirle que me escriba el prólogo”. Me fui de su casa, de Argentina y regresé a Madrid. Pasaron un mes, dos, seis y, cuando ya había perdido completamente la esperanza, recibí un correo electrónico del mismo Osvaldo Bayer, adjuntando en un archivo Word el prólogo para mi libro. La siguiente vez que lo vi fue hace solo unos meses; volví a su casa, le regalé un ejemplar de “Menéndez, rey de la Patagonia” y le di las gracias por el prólogo, diciéndole que sin sus palabras, nunca hubiera podido publicar mi libro. Entonces Bayer tomo su “campari”, me miro y me dijo: “Muchacho, no diga eso, el libro es muy bueno, era necesario un trabajo como el suyo”. Gracias, maestro, nunca le vamos a olvidar.

PRÓLOGO para el libro "MENÉNDEZ, REY DE LA PATAGONIA"


   Este es un libro definitivo sobre la verdad de lo ocurrido en el sur chileno y argentino conquistado por la civilización de origen europeo. El reparto de las tierras y el genocidio consumado con los pueblos originarios. Ya nadie -después de este acopio de pruebas- podrá señalar que las versiones críticas que surgieron a medida que se producían esos hechos eran exageradas o de pura imaginación.
Lo de la Patagonia Austral es un segundo capítulo del antecedente que se llamó “Expedición del Desierto” del general Julio Argentino Roca. Es la segunda etapa que se llevó a cabo tanto en la Patagonia argentina como en la chilena. Fue otro método pero se aplicó el mismo concepto. La tierra quedó para unos pocos “civilizados” y los pueblos originarios fueron exterminados después de quitarles esas tierras. José Luis Alonso Marchante, aquí, nos presenta en especial lo que ocurrió en Chile, principalmente, pero también de su eco en la Argentina, o viceversa, en esta biografía exhaustiva del aprovechado español José Menéndez.


Paso a paso, documento por documento, mencionando todos los testimonios oficiales y privados, y las investigaciones habidas hasta el momento, y nos deja algo indiscutible. Algo para el gran debate acerca de nuestros “héroes”, nuestros “pioneros”, nuestros “hombres que traen consigo el futuro”. En esto están consagrados años de labor, de consulta, de información de época. El autor no deja de lado de discutir todas las opiniones de los historiadores hasta el presente sobre este tema, para aprobarlos o demostrar deficiencias. Lo mismo acerca de los testimonios citados en tales investigaciones, o informaciones de prensa, o las versiones de las autoridades de aquel tiempo. Aquí, en estas páginas, hay años de investigación, una investigación sabia y profunda, alejada de cualquier concepto ideológico. Basándose siempre en los principios de la ética y de la verdad histórica.
Quien, como el autor de este prólogo, dedicó más de una década a la investigación de las huelgas rurales patagónicas no puede menos que aplaudir ahora una obra como la de Alonso Marchante. Ahora sí, ya tenemos el camino para llegar a las conclusiones a las que deben arribar los políticos que representan a la verdadera democracia en esas regiones. Esperemos que aprendan y que esas comarcas no sigan sujetas al juego de los mezquinos intereses de los “dueños”. Que esta verdad histórica pueda servir como código del futuro para no volver a cometer injusticias tan tremendas que obligan a pensar en cómo, en esos años de “liberal-positivismo”, se traicionaron los principios de Mayo y el pensamiento de esas campañas libertadoras de San Martín y O´Higgins (además de lo que significó el verdadero genocidio de los pueblos originarios). Y pensemos como esos llamados civilizadores no pensaron tampoco en el debido respecto a la Ecología.

Todo el programa llevado a cabo por la denominada “civilización” de los que “descubrieron” América será llevado a cabo, entre otros, por un comerciante español, tal vez ni siquiera proponiéndose ningún “plan civilizatorio” sino sólo a través de su afán de riquezas, de su ansiado “progreso propio”. El egoísmo humano que los acompañó los hizo protagonizar actos de absoluta crueldad sin contemplaciones, porque había que ganar todo para llevar a cabo “la civilización de la barbarie”.
El autor de este libro, primero hace una profunda presentación del escenario donde va actuar el comerciante José Menéndez. De ahí, los capítulos sobre los pueblos originarios de toda la región, especialmente la fueguina. Y después pasará a descubrir los métodos empleados por los “civilizados” para exterminar a la población originaria en una parte del libro titulada “Violencia contra los indios”.  Entre ellos se menciona a Luis Piedrabuena, un personaje que en su honor lleva su nombre una ciudad argentina de la provincia de Santa Cruz. Un dato para pensar en la vergüenza que sufrimos los argentinos, que tenemos que vivir en ciudades o calles con el nombre de genocidas o explotadores, con grandes homenajes a ellos. El autor de este libro se dedica a un concienzudo trabajo acerca del estado de la historia, en especial de las regiones de Tierra del Fuego y de la ciudad chilena de Punta Arenas. También está explicada en todos sus detalles -positivos y negativos- la posición de los representantes de la Iglesia Católica. Principalmente, lleva a cabo el estudio histórico de la misión Fagnano: cuyo nombre es recordado hoy en Tierra del Fuego con un lago, el mayor de esa región. En vez de respetar los bellos nombres originales puestos por los habitantes de los pueblos originarios siempre referidos a las características de la naturaleza. No, se pusieron los nombres de sus conquistadores.

También está aquí la historia del imperio económico de Menéndez-Braun, cuando las dos familias se unieron mediante la boda entre Mauricio Braun y una hija de Menéndez.  Y todo el proceso de cómo se cambia la vida de la fauna natural de la región: por ejemplo, el guanaco va a desaparecer cuando llega la oveja. Y está el capítulo de los “cazadores de indios“, crimen de los peores de nuestra historia conjunta chileno-argentina en ese verdadero paraíso de paisajes que es Tierra del Fuego y la Patagonia continental. Hasta se llegó al colmo: al “remate de indios”, como se había hecho durante la colonización española, con el remate de esclavos de origen africano. La “civilización” europea, occidental y cristiana. Todo terminará para José Menéndez, verdadero “conquistador” de esas tierras, con la disputa de su fortuna por sus propios hijos. Como debía terminar esta historia trágica. Por encima de toda moral, el dinero.

Vuelvo a sostener: esta obra será un libro de consulta obligada para todo estudioso de la historia contemporánea del Sur argentino-chileno. Es un testimonio irrefutable de cómo estadistas y comerciantes destruyeron los sueños de todos nuestros Libertadores, todos muertos en la humildad más absoluta. Un libro para aprender esta lección de Ética que nos enseña el investigador a fin de no repetir la historia. Y vemos que finalmente siempre triunfa la Verdad, y la Verdad indiscutible sale a la luz una vez más.

El "Tugurio", la casa de Bayer en Buenos Aries, con el mural de Martín Zinclair

1 comentario:

  1. ¡Muy buen esclarecimiento de los crímenes de los "criollos" americanos: lo mismo de genocidas en Norte, Centro y Sud América, en Oriente y Occidente, en las pampas y en las cumbres. ¡Muy bien que salga a luz la verdad histórica!

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